La Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo (también llamada Orden de los Carmelitas) es una orden surgida alrededor del siglo XII, cuando un grupo de ermitaños, inspirados en el profeta Elías, se retiraron a vivir en el Monte Carmelo, considerado el jardín de Palestina. El lema de su escudo es: ZELO ZELATUS SUM PRO DOMINO DEO EXERCITUUM (Me consume el celo por el Señor, Dios de los Ejércitos).

En ésta orden fue recibido el escapulario, de manos de la Santísima Virgen, a San Simon Stock. Gracias a éste se llevaron a cabo varias reformas, como el abandono de la vida eremítica, y la adopción del estilo de vida de las ordenes mendicantes.

En el siglo XVI, Santa Teresa de Jesús promovió otra reforma del Carmelo. De ésta reforma es de la que nuestra comunidad se siente parte. La reforma de Teresa de Jesús, Doctora de la Iglesia, propone como modo de vida conventual, los tres votos comunes, obediencia, castidad, y pobreza.  A ésto se le añade el modo de vida contemplativo, que pasa por diversos aspectos o temas. Entre éstos destaca la contemplación de Jesús, hecho Eucaristía, la meditación y lectura de la Palabra, y lectura y meditación de otros escritos tales como los que Santa Teresa escribió durante su vida, entre los que destacan; Las Moradas, Camino de Perfección, EL Libro de la Vida y sus poesías.

Así a finales del Siglo XIX surge la necesidad de la formación de un convento de vida contemplativa en Santander. El Carmelo de Ruiloba se fundó en el año 1877, gracias a la iniciativa dee Don José Ruiz Pomar, sacerdote, y que posteriormente el obispo de Santander Don Vicente Calvo y Valero, llevará a término. Estos movidos por el Espíritu Santo son llevados a promover, de éste modo la vida contemplativa en ésta zona de Cantabria. Así nace el Carmelo de San José.

El carisma de nuestra comunidad, siguiendo la reforma de Santa Teresa de Jesús, consiste en la oración, y el retiro del mundo, para entregarnos por éste, desde la entrega generosa, en la vocación del amor, como esposas de Cristo. Nuestra comunidad es movida por el Espiritu Santo a la entrega generosa de nuestras vidas por los hombres, especialmente por los mas necesitados de nuestro mundo. Así nuestra labor no sólo se limita a la oración, si no que mantenemos proyectos de escolarización y de ayuda en Perú y República Dominicana.

Nuestra comunidad se mantiene gracias al trabajo que realizamos en el convento, y también se mantiene gracias a la providencia, y al sustento que está nos regala. Por esto también nosotras hemos descubierto la necesidad de entregarnos de un modo especial por los que pasan necesidad, y no poseen todos los bienes necesarios para el cuidado corporal-material y espiritual.

De éste modo nuestra página tiene estas dos misiones, promover la cultura solidaria, y la caridad para con los más pobres y necesitados de éste mundo, y ofrecer nuestra oración y formación espiritual a quien la necesite.

La colaboración con la caridad, a la que nos han llamado los últimos papas, (especialmente Juan Pablo II, y Benedicto XVI) la pueden encontrar en la sección servicios.  La aportación espiritual pueden encontrarla en el apartado Recursos.